viernes, 22 de febrero de 2013

Y EL OSCAR ES PARA ...

La entrega de los premios Óscar está a la vuelta de la esquina y por ello le pedimos a nuestro colaborador experto en la materia, José Antonio Valdés Peña, algunas reflexiones sobre la edición número 85 de este importantísimo acontecimiento de la industria hollywoodense.

El Óscar es para los cinéfilos un domingo de guardar, para cocinar algo rico y disfrutar, solo o en familia, de las emociones que emanan de un show televisivo a veces muy espectacular pero casi siempre demasiado largo sin ser mortalmente aburrido. A mí me gusta apreciar al premio Óscar como el termómetro de la industria fílmica más poderosa del mundo. Se trata, por ende, de un reconocimiento sobre el cual pesan asuntos políticos, raciales, morales y hasta de seguridad nacional.
Desde la edición del 2011, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood amplió el margen acostumbrado de las cintas participantes a mejor película de 5 a 10. En este 2013, las contendientes al Óscar más importante de la noche sólo fueron nueve. Todas ellas, estrenadas en los Estados Unidos en el 2012, son abismalmente distintas entre sí, tanto en estilos como en las intenciones de sus creadores.


Por sexta ocasión en la historia del premio Óscar, una película no hablada en inglés resulta nominada como mejor película y al mismo tiempo contiende en la categoría de película extranjera. Se trata de Amor, la magistral cinta del austriaco Michael Haneke sobre los desastrosos efectos de la enfermedad en un anciano matrimonio. Drama humano sin concesiones, repelente al melodrama telenovelesco, Amor es el extraño reconocimiento de Hollywood a uno de los cineastas menos complacientes y más feroces.
El Lincoln de Steven Spielberg es la obra cumbre de la etapa de madurez del cineasta más exitoso de todos los tiempos (pésele a quien le pese). Se trata de un filme sombrío, como suelen ser los entretelones de la política, en el cual el decimosexto presidente de los Estados Unidos trata de abolir la esclavitud en medio de la Guerra Civil. Enmarcada por la magistral interpretación de Daniel Day-Lewis, la cinta reflexiona acerca de las dificultades que el pueblo norteamericano ha tenido para reconocer los derechos humanos.
Una aventura extraordinaria se vuelve la obra más lograda de Ang Lee a la fecha. Se trata de una reflexión sobre las capacidades infinitas de la narración cinematográfica y la condición humana enfrentada al límite del delirio. Un joven náufrago y un tigre de bengala protagonizan este filme prodigioso en imágenes casi delirantes.


Argo, el tercer largometraje del actor Ben Affleck, y La noche más oscura, el regreso de Kathryn Bigelow tras Zona de miedo (2009), abordan de distintas formas el papel de los Estados Unidos como el policía global. Argo recrea una charada de la CIA en medio de la revolución de los Ayatolas en Irán gracias a la cual un grupo de diplomáticos estadounidenses salvaron sus vidas. Mientras tanto, Bigelow recrea la obsesión de toda una nación, encarnada en su protagonista femenina, por atrapar a Bin Laden vivo o muerto. Ambos filmes son ejercicios de estilo por parte de sus creadores, quienes no consiguen apartarse de clichés como la visión racista de los países extranjeros y una soberbia cultural notable.
Django sin cadenas, el nuevo filme de Quentin Tarantino, se cuela en las nominaciones al Óscar sin mucho entusiasmo. Western ocurrido en Mississippi, con un esclavo negro convertido en mercenario, su mayor logro ha sido retratar tanto el racismo que corre por las venas de la sociedad norteamericana más reaccionaria como el conformismo de los afroamericanos esclavizados con humor, violencia y mala leche.
Las cosas buenas de la vida, de David O. Russell, es la más convencional de las películas candidatas. Melodrama romántico entre una neurótica y un bipolar, lo mejor del filme es su conjunto actoral. Mientras que Los Miserables, adaptación del musical más exitoso de la historia, demuestra la incapacidad de Tom Hooper, premiado con el Óscar por El discurso del rey (2010), para hacer emotivo un filme en el cual los actores persiguen a una cámara que nunca deja de moverse, rodeados de una escenografía tan artificiosa como el filme entero.


Finalmente, la gran sorpresa es Bestias del sur salvaje. Premiada en Cannes y Sundance, esta joya del cine independiente realizada por Benh Zeitlin es el fantástico retrato de un mundo al borde del colapso desde la perspectiva mágica de una niña. Se trata de un filme narrativa y visualmente nada convencional que esta semana se estrena en México.
Así las cosas con las principales contendientes, todo está listo para este próximo 24 de febrero, cuando la 85 entrega del Óscar nos traerá sin duda grandes emociones.

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